Aquí podéis ver a Manolo en plena acción de pesca, atento a los constantes devaneos del corcho, no se podía descuidar uno, pues la rapidez con la que se producía la picada nos obligaba a tener todos los sentidos al máximo rendimiento. Aunque a juzgar por la pose de Manolo, bien parece que estamos de domingueo, je je je. Destacar que se trata de un pedazo pescador, menuda mano tiene el pollo, tanto para los sargos como para las lubinas. Asimismo, como no podía ser de otra manera, compartir una jornada con él implica muy buen rollo y risas garantizadas, está hecho un fiera.
Vista del pedrero, con un color y unas condiciones de pesca inmejorables. Señalar que se notó el coeficiente tan pequeño de pleamar, lo cuál condicinó la jornada en aras a haber realizado una gran pesca, pues el día era el idóneo.
Con la resaca de la ola el lance estaba asegurado.
Uno de los responsables del resultado de la jornada. Desde aquí breve mención a nuestro compañero Jorge "Sargotrucha", pues le canté la canción a mi amigo Manolo, "No sé que es lo que tiene ese Macizo que les vuelve locos, que les vuelve locos......", menudas risas a cuenta de la cancioncita, si ya digo yo que este George no tiene una idea buena, je je je.....
Aquí lo conseguido. No nos podemos quejar considerando que aún estamos en Agosto y, pese al bonito golpe de mar, el coeficiente de marea era demasiado pequeño, con pequeña variación entre la bajamar y la pleamar, lo cual suele dificultar notablemente la obtención de capturas. Menos mal que tuvimos a Manolo, todo un experto que dió buena cuenta de los sargos.
Uno de los responsables del resultado de la jornada. Desde aquí breve mención a nuestro compañero Jorge "Sargotrucha", pues le canté la canción a mi amigo Manolo, "No sé que es lo que tiene ese Macizo que les vuelve locos, que les vuelve locos......", menudas risas a cuenta de la cancioncita, si ya digo yo que este George no tiene una idea buena, je je je.....
Aquí lo conseguido. No nos podemos quejar considerando que aún estamos en Agosto y, pese al bonito golpe de mar, el coeficiente de marea era demasiado pequeño, con pequeña variación entre la bajamar y la pleamar, lo cual suele dificultar notablemente la obtención de capturas. Menos mal que tuvimos a Manolo, todo un experto que dió buena cuenta de los sargos.